Las metas nos ayudan a dirigir nuestras acciones y a evaluar el progreso que hacemos. Cuando sabemos lo que queremos es más fácil actuar para lograrlo y saber cuando llegamos. Una buena meta esta definida claramente, es desafiante pero alcanzable, tiene una fecha deseada de lograrse, es consistente con nuestros valores y lograrla nos va a acerca a nuestra visión ideal de nosotros mismos.
Además de estar bien definidas, las metas también pueden organizarse en importancia y en periodo de tiempo. Es decir, algunas metas se pueden lograr en seis meses, mientras que otras pueden tomar dos años y otras toda la vida. Las metas de toda la vida, deben incluir metas alcanzables en periodos mas cortos de tiempo.
Por ejemplo: una meta de vida es tener un cuerpo fuerte y saludable. Para lograrlo debo definir metas específicas en diferentes áreas y periodos de tiempo, tal vez debo definir metas de nutrición y ejercicio, a cinco, tres y un año. Entonces, en una jerarquía de metas, el ejemplo de cuerpo sano y fuerte es una meta superior a la pérdida de peso y el ejercicio. Es también una meta de toda la vida. Así que va por encima de las otras. Para convertir esa meta en acciones concretas del día a día debo establecer metas mas concretas y cercanas en tiempo. Además, la meta de un año, por ejemplo, debe tener unos objetivos mensuales, o quincenales, y esos objetivos deben tener unas acciones relacionadas.
En otras palabras: es exactamente igual que hacer un plan estratégico para una empresa: primero la misión y visión, luego los valores, luego las metas a largo plazo, con metas a mediano y corto plazo. Las metas a corto plazo tiene unos objetivos, estrategias y acciones que se pueden hacer a diario, tienen un responsable y unos recursos asignados. Una vez el plan esta hecho para el corto plazo, te ayudará a tomar decisiones a diario, ya que sabrás si tus acciones están alineadas con tus metas o no, y te acercarán poco a poco a la vida que deseas.
Esta publicación cierra este ciclo de autorregulación. Así que es importante recordar la relación entre autorregulación y la jerarquía de metas: Si tienes metas a largo plazo puedes ser flexible con las metas y los objetivos de corto plazo, siempre que te mantengas enfocado. Hay muchas formas de llegar a un destino, si te enfocas en la ruta y encuentras obstáculos solo podrás seguir cuando los obstáculos sean superados o eliminados. En cambio, si te enfocas en el destino puedes buscar rutas alternas. Las metas a largo plazo son un destino y las metas a corto plazo son la ruta, si una se bloquea puedes tomar un desvío.
Cuídate.