La negociación de la vida

Esta semana escuché un podcast (Sam Harris, Making sense. Episodio # 329) donde mencionaron que dos de las razones por las que la gente ha perdido confianza en los expertos son: 1) que los expertos han simplificados demasiado sus mensajes haciéndolos insultantes y parcialmente incorrectos, y 2) que los expertos están invadiendo con opiniones e instrucciones en áreas más allá de su dominio. En el podcast plantean que, para recobrar la confianza en los expertos, estos deben limitarse a sus áreas y deben presentar mensajes más transparentes. 

El reto es que esto significa que los expertos deben hacer concesiones entre sí y con su audiencia. Estas concesiones son una negociación, y en toda negociación real se debe ceder en unas áreas para obtener beneficios en otras. Luego de escuchar el podcast pensé que eso aplica a todo en la vida. Que la vida es una serie de negociaciones y que vivir de forma genuina y transparente requiere hacer concesiones para pedir concesiones. Para explicarlo un poco voy a presentar dos ejemplos uno del podcast y uno de mi vida reciente.

Ejemplo del podcast: Cambio climático. Por más de una década, los expertos en clima han advertido, correctamente, sobre los cambios drásticos en el clima del planeta y los efectos devastadores que tendrán en la vida de todos. La realidad hoy es innegable: incendios incontrolables en Canadá, California, Hawái, Portugal, Grecia; inundaciones alrededor del mundo, huracanes más fuertes y frecuentes; pérdida de hielo en los polos del planeta, entre otros. La respuesta a estas situaciones debe ser tan contundente como es la situación y muchos ambientalistas y expertos en el clima proponen la eliminación inmediata del uso de petróleo y sus derivados, algunos proponen eliminar el consumo de carne (cuya alimentación requiere grandes extensiones de cultivos y cuyas emanaciones contribuyen al efecto invernadero), restringir el transporte, etcétera. 

Tomar esas medidas de seguro impactaría favorablemente el cambio climático. Sin embargo, las consecuencias mentales, sociales y económicas serían igualmente impactantes. Por tanto, cualquier respuesta sustentable debe serlo desde una perspectiva climática, emocional, social y económica. Debemos tomar acción para corregir el destino climático del planeta, pero debemos hacerlo considerando las necesidades emocionales, sociales y económicas de nuestras sociedades. Es decir, hace falta una negociación genuina y constante. 

Ejemplo personal: como he mencionado en varios blogs recientes, llevo tres meses preparándome para mi primer maratón. El tiempo y la energía que le he dedicado al entrenamiento los ha perdido mi pareja, mis amistades y mi trabajo. Aun cuando esté presente en la oficina o en casa, muchas veces me encuentro incapaz de participar como normalmente lo hago porque el cansancio físico no me lo permite. En este caso he tenido que negociar las necesidades contradictorias del entrenamiento, mi familia, el trabajo y mis amistades. A mis amigos no los he visto sino mientras corremos, he dejado de asistir a reuniones familiares y celebraciones y estoy cumpliendo en la oficina, pero no tengo la creatividad o capacidad de aportar más allá de lo estrictamente necesario. 

En medio del entrenamiento tuve un viaje, la visita de amistades de otra ciudad y un par de eventos importantes e inesperados en el trabajo. En esas ocasiones sacrifiqué parcialmente el entrenamiento. Así que no cumplí totalmente con lo planificado. De nuevo, tuve que negociar intereses contradictorios.

En conclusión, como lo he mencionado muchas veces: puedes tener lo que quieras, pero no puedes tenerlo todo; puedes hacer lo que quieras, pero no puedes hacerlo todo; puede ser quien tú quieras, pero no puedes ser todo. La vida es una negociación constante de intereses contradictorios y lo mejor se da cuando hacemos concesiones en un área y le permitimos a la vida hacernos concesiones en otras. 

Cuídate.  

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